Por supuesto que la sensibilidad de las mujeres, su situación y realidad en el mundo patriarcal moldean miradas estéticas y posturas cuya percepción siempre ha sido luminosa y sólo parece equivocada y radical cuando otros hombres y mujeres son retrogradas. Cuando tienes los pies en el mundo y no vives en una burbuja literaria entiendes la vida, y por supuesto comprendes y escribes mejor. Aún Clementina Suárez causa escándalos en esta sociedad decadente con aires de postmodernidad, pero que es más vetusta que la misma cal con que se maquillan los retretes de la historia. Aún se ve de reojo a Ángela Valle, su poderosa palabra signando la fuerza de la dignidad y hay quienes le niegan su lugar a Amanda Castro, esa hermosa poeta e incansable gestora cultural. Aún decimos “hay buenos poetas en Honduras y también hay mujeres que hacen buena poesía”, pero a estas alturas negar el lugar de extraordinarias poetas como Armida García, Rebeca Becerra o Mayra Oyuela (por mencionar tres no...