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Mostrando entradas de agosto, 2018

La esperanza es una bella posibilidad futura

Mi generación le vio siempre como una leyenda poética. Su nombre mismo evocaba una saga mítica: Pompeyo del Valle. De ese modo sólo puede llamarse un héroe clásico o un poeta que siendo niño se recuesta sobre la hierba en la colosal noche de la historia y descubre un cometa, y no lo nombra, sino que con su dedo índice señala su camino en el firmamento. Mientras me preparaba para ir al trabajo, Ethel se acercó y me comentó que falleció Pompeyo del Valle. Inmediatamente recordé “La ruta fulgurante”. Conocí a Pompeyo del Valle, era un hombre naturalmente ceremonioso y de dulce conversación. Su poesía es una referencia para los escritores, artistas y poetas hondureños.  Su vida igual. No hay poética sin el hombre. Un poema como “La ruta fulgurante” debería estar en todos los libros de las escuelas de Honduras. Sin duda, es un manifiesto estético y de amor que nos invita a vivir, a ser felices, resilientes y perseverantes. Un poema para salvaguardar la alegría a pesar de

El animal más grande de la tierra

Según la Real Academia de la Lengua, la palabra “Confín” puede entenderse como “Término o raya que divide poblaciones, provincias o territorios”. Otro significado es “Último término a que alcanza la vista”. Ambas acepciones parecen tan desoladas. Incluso, la primera, implica dividir, y la segunda, nombra un posible lugar donde nada hay y sólo puede ser habitado por la mirada. Durante la presentación de su libro “El futuro que no fuimos” en la Biblioteca Pública Blue Lupin de Gracias, Lempira, el poeta hondureño Leonel Alvarado comentó que le gusta la palabra “Cotiledón”, y que estaría satisfecho de una conversación donde los interlocutores pronunciaran reiteradamente esta palabra. Mientras él disertaba magistralmente sobre su último libro (editado por la Editorial Universitaria de La UNAH), yo lo veía y aún no podía creer que él estuviera en Gracias, Lempira, presentando su libro. Tener con nosotros al poeta mayor de nuestra generación, que se nos fue de casa hace más de 20 añ

Cristian Gavarrete, el nacimiento y evolución de un artista

El país concede aún ciertos esplendores: ver el nacimiento de un artista, por ejemplo. Estar ahí cuando la vocación se transforma en compromiso humano, ser testigo de un proceso que nos vincula a conocer el arte, pero sobre todo la vida, porque el arte no es una habilidad, es un pacto de sensibilidad con la vida. Por supuesto, académicamente hablando, apreciar la conciencia de un ser humano que comprende que la habilidad y la vocación, son estadios de un largo camino, ventanas hacia una evolución donde los retos, los laberintos de la realidad, la disciplina, la lectura y el constante aprendizaje, son los condimentos del pan nuestro de cada día.  Es muy probable que se nazca artista, pero es superior el viaje hacia la conciencia evolutiva para transformar la habilidad y vocación en lenguaje. Ese es el acto superior de crear, y es lo que diferencia a los artistas de los hábiles farsantes que inundan los llamados espacios culturales. Gavarrete comenzó a dibujar entr