Su pintura interroga desde la magia
de los relatos de la gente sencilla a ese relato oficialista de la historia;
confronta al poder con esa otra belleza que no es pasiva, sino llamado puntual
a la resistencia cultural a la que tiene derecho una tierra. Su trabajo ha dado
la batalla contra la manipulación o contra la construcción de una falsa
identidad nacional bajo la sutileza del deber cívico o de la decadencia del
fervor folclórico tan mal entendido e integrado al sistema educativo y al canon
cultural.
Hace unos días Mito Galeano, presentó
en la ciudad de Gracias, en el marco del Festival Gracias Convoca, una serie de
dibujos que es un adelanto de la exposición en la que ha estado trabajando hace
un año: “Pichinguitos”; este sugerente nombre designa una colección de dibujos
que se hicieron en la libreta del artista, pasaron al formato virtual y luego
se imprimieron. La sencillez, el humor, la versatilidad, la destreza técnica
del artista al recrear un universo tan complejo bajo la premisa del dibujo
infantil son apenas umbrales a un universo de inagotables significados; un
hombre dibujando como un niño, un artista que transforma el dibujo académico y
lo impregna de una imaginación que parece improvisada, pero que al verlo con
detenimiento nos damos cuenta de los detalles, de la destreza, de su intensión
pura que celebra una historia y es la siguiente: estos dibujos tienen su
basamento en los dibujos realizados por niños de comunidades rurales a quienes
el artista les pidió dibujar las historias que sabían del cacique Lempira, de su
comunidad, de la fauna, de las leyendas; luego el artista reprodujo esos
dibujos siendo fiel a su origen (es más, algunos son calcados del dibujo
original) y enriquecidos con los elementos del imaginario del occidente de
Honduras.
"Españolito" dibujo original de un niño del taller impartido por Mito Galeano
Este proceso de arte comunitario es
ejemplar, no sólo implica una tarea de desdoblamiento, sino el intento por
internarse en un relato infantil acerca de la vida; de nuevo surge Lempira,
armado y vivo ante el invasor que es identificado a caballo y con la
indumentaria de la conquista, aunque en algunos dibujos el invasor sea un
pájaro con uniforme militar. Se resucitan las historias orales y sus personajes
fantásticos, además de recrear una lucha entre el bien y el mal, entre los
valores de la vida y la sobrevivencia cotidiana en un mundo lleno de retos y
calamidades sociales; en cierto modo es la representación estética de un
discurso infantil real, esperanzador y soñador, pues en los dibujos claramente
se interpreta que gana la celebración al pesimismo y al silencio, la ternura al
sufrimiento.
"Españolito" obra del artista Mito Galeano, basada en el dibujo de un niño
Los “Pichinguitos” de Galeano hacen
memoria de una tierra, de su gente, de la necesidad, de la belleza y la
carencia; pero sobre todo de la imaginación y en este caso la imaginación viene
de las niñas y niños que dibujaron estos personajes que sirvieron de boceto y
punto de partida para el artista.
La colección está más lejos de su nombre,
encierra un universo de ironías, ternura, sarcasmo y humor; guarda en su centro
una visión clara: es una muestra de identidad, una forma autentica de mirar la
vida y el mundo. Sin duda la propuesta evolucionará, al muralismo y al animé,
además de una segunda serie que ya está sobre la mesa del artista y es trabajar
directamente sobre el dibujo de los niños e intervenirlo sutilmente con colores
y diseños, un reto mayor, pero de resultados estéticos profundos, totalmente
lúdicos, anti formales y desacralizados de todo emparentamiento con alguna
naturaleza espontánea de representación.
"Lempira" (de la Colección Pichinguitos de Mito Galeano)
A Galeano hay que reconocerle no sólo
su magnífica destreza, sino lo que él representa: un referente de dignidad y de
arte revolucionario. Y cuando digo que Mito Galeano es un revolucionario, alejo
de esa palabra las mezquindades políticas y pienso en esos espíritus y acciones
que proyectan sus vidas más allá de su circunstancia.
Hace muchos años su ciudad, sus
admiradores y sus amigos esperaban una exposición del artista, y es la primera
vez que la ciudad de Gracias se dio este lujo, ver una muestra de su mayor
artista, el que le ha guardado la memoria, referencia plena de resistencia
cultural y del arte que al ser auténtico vitaliza a la historia o llama a la
discusión puntual donde la falsedad se desbarata como se desbaratan los falsos
dioses que aspiran a multiplicar el odio y la desesperanza.
"Lempira con arco" (de la colección Pichinguitos de Mito Galeano)