Ir al contenido principal

La esperanza es una bella posibilidad futura



Mi generación le vio siempre como una leyenda poética. Su nombre mismo evocaba una saga mítica: Pompeyo del Valle.

De ese modo sólo puede llamarse un héroe clásico o un poeta que siendo niño se recuesta sobre la hierba en la colosal noche de la historia y descubre un cometa, y no lo nombra, sino que con su dedo índice señala su camino en el firmamento.

Mientras me preparaba para ir al trabajo, Ethel se acercó y me comentó que falleció Pompeyo del Valle. Inmediatamente recordé “La ruta fulgurante”. Conocí a Pompeyo del Valle, era un hombre naturalmente ceremonioso y de dulce conversación. Su poesía es una referencia para los escritores, artistas y poetas hondureños. 

Su vida igual. No hay poética sin el hombre. Un poema como “La ruta fulgurante” debería estar en todos los libros de las escuelas de Honduras. Sin duda, es un manifiesto estético y de amor que nos invita a vivir, a ser felices, resilientes y perseverantes. Un poema para salvaguardar la alegría a pesar de todo. La alegría es una de las más hermosa rebeliones y revelaciones, junto con la lectura y el arte. Los escritores jóvenes deberían estudiarlo a fondo en estos tiempos de impostura e impostores.

Pompeyo del Valle se ha marchado al infinito. Su amor por Honduras y su sueño de un futuro esperanzador e igualitario, permanece con las mujeres y los hombres honrados de este país. Debemos agradecer por poseer estas referencias esenciales y por tener a un gran poeta cuya poesía se arraiga en la luz de la estrella más clara: la dignidad y la resistencia contra el poder oprobioso.

Muchas veces fue amenazado, encarcelado, tuvo que marcharse al exilio, se prohibieron sus libros y sus poemas. Todo cuanto sufrió por ser un educador y un patriota no lo hizo perder la esperanza y guardó intacta la templanza y el amor por Honduras.

Un día que conversábamos de poesía política, contó que en una lectura en Moscú, él leyó un poema amoroso, todos guardaron silencio, pues aquel gesto parecía que no calzaba ahí, sin embargo el poeta Nazim Hikmet, le aplaudió y lo felicitó “no hay revolución sin amor y siempre hay que cantarle al amor” (le dijo Hikmet).

Hoy afinamos el recuerdo de Pompeyo del Valle. Nos corresponde acercarnos para que su obra se guarde y se conserve entre los tesoros de esa patria que soñó: alegre, justa y caminando hacia la esperanza. 

“No debemos olvidarnos de la alegría/ y sobre todo/ tenemos que ser fuertes para reír/ y para creer en la dulzura. / Y sobre todo ser sencillos, /ser como deben ser los hombres limpios: / ser claros y luminosos/ como la lluvia que trabaja alegremente/y hace palpitar la tierra/ como un gran corazón enamorado.”


Comentarios

Entradas populares de este blog

Alex Galo, el hacedor entre los espejismos del arte nacional

Hacia el cuerpo de Alex Galo , cuya   presencia, a nivel simbólico, es la muestra de arte que representa el último eslabón de la escultura hondureña, se realizó en 1996 en el Instituto Hondureño de Cultura Hispánica , bajo la curaduría de Geovany Gómez Inestroza . La muestra es una piedra angular de la escultura hondureña, y para el desarrollo del arte posterior, una inevitable lección. (Para que mi opinión quede radicalmente definida, digo, que es la mejor muestra de escultura de las últimas décadas, antecedida por el trabajo de Obed Valladares, y que, pueden permitirse un diálogo con ella obras de algunos salones de exhibición, me refiero a las esculturas realizadas por Jacob Gradíz y Cesar Manzanares) Recordamos de Hacia el cuerpo el designo del dialogo con el cuerpo desde la paradoja de la mutilación como asunción de la vida, el erotismo del que cae desde el cuerpo a sus laberintos mentales o a los otros cuerpos que habitan la cercanía o la ausencia , la vuelta a v...

César Rendón, del impulso creativo al lenguaje pictórico

No puede ser de otro modo, la pintura de Rendón, o más bien, su lenguaje, le viene de una amalgama primaria que lo define no sólo técnicamente sino conceptualmente: si uno ve su proceso encontrará sobre la tela esa mancha violenta, brusca, sucia y en continuo movimiento, escarbando la sorpresa y el desasosiego, hasta volverse un basamento en que luego el dibujo de un trazo grueso consolida y que se perfecciona con otras capas de pintura de colores casi sombríos a excepción del amarillo que no se deja ver de una manera pura en ese crisol del lienzo. Este proceso creativo nos confronta con un universo de personajes cuyos contornos desaparecen, se funden entre trazos libres o se impregnan de una acumulación casi matérica de la pintura: miradas vacías, evocaciones, conjuntos cuyo ritualismo es impuro, disposiciones narrativas dadas por fondos o disposición de elementos; unas veces el lenguaje nos devela lecturas directas que resuelven un diálogo plano o una narrativa lineal; sin...

Recordar a Amanda Castro

En una reunión de trabajo para organizar un festival nacional de las artes en Honduras, la delegada por un ex presidente quería arrastrarnos a su inútil y encarnada visión folclorista de la cultura, creyendo quizá que los ahí presentes, artistas, poetas e intelectuales jóvenes, nos embelesaríamos por las piruetas de su dura cabezota.  Nosotros nos mirábamos con atónito silencio, pero Amanda Castro, enrojeció y aferrándose a su tanque de oxigeno le reprochó su ignorancia y falta de respeto y desmanteló el andamiaje manipulador de la propuesta que hacia ver al intelectual, al escritor como resaca decadente, como un payaso hambriento mascando su propio harapo. Todos renunciamos a formar parte de aquella organización, pues se nos quería imponer falacias y desbarataron con irrespeto las ideas que originalmente habíamos escrito basadas en nuestra experiencia de gestores culturales y en nuestro conocimiento de la cultura nacional. Así recuerdo yo a Amanda Castro, protestand...