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El arte ya ha dado respuesta a este tipo de crisis



He tenido esta conversación con la periodista cultural Melissa López de diario El Heraldo en el mes de marzo de 2020, en el contexto de la pandemia causada por el COVID 19. Tanto ella como yo sabemos que no tenemos la verdad y que simplemente podemos aportar nuestras miradas honestas ante el devenir. 

El coronavirus es tendencia mundial desde diferentes aristas, pero cuando a la esfera del arte y la cultura se refiere, ¿qué está pasando?


Entró en crisis el tema de la adquisición de productos culturales, pues la gente se aisló. La producción cultural de algunas disciplinas que requieren dinero y logística está más afectada. Los artistas han buscado alternativas para mantenerse en contacto con sus públicos, se activaron todas las plataformas virtuales, hay festivales de poesía, lecturas, conferencias, conciertos, artes visuales e histriónicas en la red; pero también todo depende del nivel educativo, cultural, del uso de la tecnología en el que estemos formados. En nuestro caso la tecnología para beneficio educativo, cultural o de formación es casi nula, la gente a pesar de tener todo un universo cultural gratuito, como está deformada, únicamente se conecta a la red para escapar, chismear o crear un holograma hipócrita de su vida, y eso es triste. Creo que las sociedades que saben aprovechar la tecnología tendrán más suerte, se adaptarán más rápido a esta y a otras crisis y lógicamente encontrarán alternativas no sólo de comunicación, sino económicas para sobrevivir; por supuesto que esas sociedades tienen entre sus productos de primera necesidad, aparte de la salud, la alimentación y la educación, el preciado producto básico de la cultura porque eso les permite ser comunidades y no conglomerados o multitudes.

¿Cuáles han sido las repercusiones más grandes de esta pandemia en el arte y la cultura?

El golpe a la cultura tendrá un impacto directo en la economía del turismo, pues es la cultura la que da razón a gran parte del turismo. El emprendedurismo cultural prácticamente quedará arrasado; la mayoría de los eventos literarios y culturales de trascendencia en el mundo han sido cancelados; las editoriales independientes entraron en crisis y las editoriales virtuales no han dado la respuesta que se esperaba. La vida cultural tendrá que reinventarse de nuevo, pero no hay que temer porque la cultura siempre ha estado en crisis y ha sobrevivido a lo largo de la historia.

Desde la mirada de un artista ¿cuál es el llamado que debe hacerse a las sociedades para no perder la esperanza?

En tiempos de paz, de guerra o de crisis, el arte siempre ha ofrecido miradas sensibles, críticas y totalmente humanistas. En momentos así surge lo peor de las personas, pero también lo mejor. Quién no recuerda los abrazos que se dieron de una trinchera a otra en medio de la guerra una tarde de navidad, quién no recuerda a una mujer desde un balcón cantando y a un barrio sorprendido que una voz tan hermosa pudiera habitar el cemento inhóspito de su cuadra, quien no se conmueve de un hombre en Italia pidiendo que le quiten su respirador para que se lo den a una persona más joven. Pero también recordaremos a un gobierno corrupto hondureño tomando nuestro dinero para utilizarlo irresponsablemente.

A los Gobiernos y a las autoridades ¿cuál es su función en medio de una crisis que nos afecta a todos?

Si tuviéramos un Estado protector podría responder, pero aquí hay pandillas institucionalizadas y la gobernabilidad es nula. La forma de operar del gobierno es la misma del crimen organizado o la de cualquier grupúsculo del hampa. Es horroroso. No hay sistema de salud, el sistema educativo es casi inexistente, nadie confía en el gobierno, ni en la clase política, la oposición es igual de mediocre y acomodada.
En un Estado protector tendríamos un sistema de salud con respuesta inmediata, el año escolar estaría salvado porque tendríamos plataformas educativas virtuales comunitarias y un alumno listo para auto educarse, podríamos integrarnos al sistema productivo en medio de la crisis, pero los gobiernos no han educado al pueblo. Pagamos hoy la ignorancia en que decidimos vivir. En crisis como está, el gobierno en vez de rodearse de expertos se rodeó de lo peor, surgieron de nuevo los políticos corruptos haciendo campaña. Creo que la mayor reflexión debe hacerla la gente trabajadora, es decir nosotros, el verdadero Estado, y de una vez ser radicales para quitar del poder a la clase políticas más obscena de la historia de Honduras.

¿Las repercusiones de esta pandemia dejarán a artistas y a un público diferente? ¿Qué pasaría con las personas?

No, no lo creo. Pienso que la gran lección es la oportunidad de reconocer que vivimos en una gran farsa y con el miedo como nuestro Dios: un sistema colapsado, liderazgos de gente frágil y cobarde, el oscurantismo impuesto por la iglesia, poca solidaridad con la clase trabajadora y pobre. Si tuviéramos un aprendizaje real saldríamos a las calles a derrocar a la clase política actual por mediocre, por invertir en militarismo, privatizar los servicios de salud y por atentar contra los ideales civiles y laicos.

¿Habrá inspiración en medio de la crisis para seguir creando?

El arte es testimonio humano, creación, conciencia dialéctica y visión trascendente. Toda obra de arte universal dará cuenta nuestra condición humana.
En tiempos terribles, cuando acampa el revisionismo, la post verdad, la ignorancia, la desconfianza, la desigualdad no sólo entre pobres y ricos, sino entre hombres y mujeres, pienso que el arte se convertirá en la referencia más confiable para comprender el espíritu humano, para atestiguar a favor de la verdad y la esperanza.
Los escritores y artistas auténticos, responsables y con obras profundas van a correr mucho peligro porque serán referencias de la claridad de pensamiento, y eso no le gusta a nadie, especialmente al poder, sea este de derechas o de izquierdas. Un gran artista, un gran poeta, un gran escritor, siempre será la pieza final del rompecabezas que no encajará jamás; es su naturaleza, ser incómodo, trascender la pereza y el acomodamiento social. La crisis también es materia prima del arte.

El arte y la cultura siempre sacan de las dificultades una nueva obra.

El arte ya le ha dado respuesta a este tipo de crisis. Muchas obras de la literatura, la pintura o el cine han explorado situaciones de dificultades colectivas producto de pestes, guerras, fascismo, conflictos y grandes migraciones.
Hay que observar el espíritu humano ante la duda, la desinformación, el pánico, el aislamiento y la arbitrariedad del poder. Cambian los tiempos y los escenarios, pero es el espíritu humano es el mismo.
Hemos descubierto en plena crisis que no podemos leer, ni comunicarnos, ni pensar en el bien común, que somos incapaces de convivir en familia o en comunidad, que no nos conocemos a nosotros mismos, ni somos capaces de convivir con nuestro silencio y soledad. Esto sucede porque hemos llenado nuestra vida de fatuidades, hemos cubierto nuestros vacíos con las banderas del entretenimiento superficial por eso nos desmoronamos con dos días de aislamiento, nuestra fe no era tan fuerte como la sentíamos con la música de fondo de las iglesias porque Dios no estaba ahí sino en el viento, en las plazas, en el árbol que da su fruto, en la luz limpia de una tarde, en la ciencia que cuestionamos siendo imbéciles, en el prójimo que despreciamos por no estar a nuestra altura, en las niñas y niños que son masticados por la miseria.
Sucede así porque nuestra mirada se alzó para admirar al político corrupto, al narcotraficante, al periodista embaucador, al millonario perverso, a los militares corruptos; nunca levantamos la mirada ante el hombre y la mujer noble, ante los ejemplos de lucha y bien común. Fuimos mediocres, no emprendimos, ni nos esforzamos, buscamos el camino fácil de sobar la leva a algún diosecito local que nos conforma con sus migajas. En fin, estamos así por elección propia y nos merecemos este destino y la vileza de quienes nos gobiernan. Si eres un mediocre, no esperes que lo maravilloso de la vida llegue por ti, espera lo peor siempre. Decidimos estar así, la pregunta es ¿Queremos que nuestros hijos y nietos sean herederos de nuestra ignorancia y cobardía, y nazcan esclavos y miserables?





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