Conocí al poeta Jorge Paolantonio en Canadá en el otoño de
2016. Juntos compartimos algunas lecturas con motivo del Encuentro
Internacional de Poesía de Trois Rivieres, uno de los más interesantes
festivales de poesía a los que he asistido, no sólo por lo la hermosura de la
ciudad y del país, sino porque permite el contacto con las personas de la
comunidad en sus espacios de vida cotidianos como librerías, cafés,
restaurantes y espacios públicos.
De primera mano recibí un ejemplar de la edición bilingüe
español y francés de su poemario “Tigre Tigre” editado con motivo del viaje del
poeta a Canadá. La vida me permitió leer la obra de Paolantonio el mismo día
que le conocí y tengo gratitud por eso.
A la admiración inmediata, se sumó el descubrimiento de sus
libros y de una amistad generosa que a medida transcurrió el tiempo creció y
fue vital para que el poeta nos visitará en Honduras y engalanara con su
presencia el Festival internacional de Poesía Los Confines en 2017 y que fuera
jurado junto a Helen Umaña y Javier Alvarado del Premio Nacional de Poesía Los
Confines.
Cada vez me llegan magnificas noticias de Paolantonio, quien
también es un reconocido dramaturgo y traductor, con obras de teatro que han
estado en escena por más de veinte años en su país.
Estos años maduros del poeta pasan entre la creación y los
viajes. Su poesía es culta, refinada, entremezcla las sensaciones de la vida
cotidiana con lecturas universales u otros instantes trascendentales.
Una
poesía diestra en extrapolar no sólo temas, sino contenidos, opiniones. Hay una
clara vocación intertextual que fluye sin caer en un hermetismo innecesario,
vuelve sobre las pequeñas cosas y las dignifica sin endiosarlas. Se puede decir
que en la poseía de Paolantonio la sencillez recupera su luminosidad y se
vuelve una entrañable lámpara.
Una poética cimentada en los argumentos de la experiencia, la
formación académica y una vocación artística natural. Arde todo en una llama
que no consume sino que invita a maravillarse en ella como los poemas de la
memoria personal del poeta, quizá su primordial materia que le permite tejer un
mundo de imágenes poderosas, lejanas de los lugares comunes y de radiantes sinestesias
que nos recuerdan al surrealismo.
Otras veces descubro en su poesía los reposados trazos de un
ritmo narrativo, pero adherido con fineza a los hilos que unifican o prolongan
el poema hacia el universo posible que los hombres habitan o crean.
Si el trazo narrativo cuenta o discursa, en el caso de la
poesía de Paolantonio, esa primera noción natural de la narrativa se transforma
evocación pura por el tempo del poema, esa primera vocación que reconocemos en
toda gran poesía: su ritmo que une y desata al poema hasta convertirlo en una
realidad estética que da cuenta de algo más que las palabras.
“No sé si es justo hablar de un reino/ no sé si bueno/ hablar de Dios/ a la hora en que el silencio/ se dobla en un
pañuelo” expresa uno de los poemas de Paolantonio y cuando expresa crea un
antiguo universo que pertenece a los que se quedan a contemplar su tiempo y el
tiempo de los otros que también les pertenece.
Es bueno entre el verano leer la gran poesía latinoamericana
como la de Jorge Paolantonio, que hoy, para suerte nuestra, fluye, gracias a
que el mundo se abre y que, para más suerte, se destruyen aquellas miradas unilaterales
de la creación poética, los cánones podridos y las majadera occidentalización
de una expresión que siempre ha sido universal y anarquista como la luz que se
despliega sin pedir permiso este día.
Jorge Paolantonio: Poeta, narrador, dramaturgo. Traductor -
Licenciado en Lengua Inglesa (UNCba); doctorado en Lenguas Modernas, USal).
Catedrático. Especializado en literatura y traducción de poesía inglesa Siglo
XX, Becario Fondo Nacional de las Artes, Council for the Arts (Kent, U.K,), ISA
College-Amsterdam. Suma 26 títulos publicados entre poesía (16), novela (6) y
teatro (4). Aparecieron en 2016: Cielo Ganado (poesía) y Tigre-Tigre (poesía,
español-francés, Imaginante); 2017: Los vientos de agosto (novela), Algo en el
aire (novela, reedición), Baus (poesía, reedición). Dos novelas traducidas al
inglés y al italiano. Poesía vertida al inglés, francés, italiano, japonés, y
griego. Algunos premios: Nacional-Regional (NOA) en Poesía; 1° Municipal
Novela- Bs As; Municipal de Novela “Luis de Tejeda”; Nacional “Esteban
Echeverría” (narrativa); Internacional “SoleLuna” (novela- Milán); 1°
Dramaturgia, Fundación Garzón-Céspedes, Madrid; Nacional de Cuento “Micaela
Bastidas”; Diploma “Senador D. F.
Sarmiento”, distinción máxima del Senado Nacional. Premio Nacional “Luis
Franco”, por trayectoria de excelencia.
POEMAS DE JORGE
PAOLANTONIO
Y LA LENTE ENFOCA
«Nada más bello que un bateador de béisbol tras el golpe»
anunció como si fuese infalible su visión caldeada
«Nada más triste que el olor ceremonioso del romero»
sentenció desde su púlpito en la hamaca vieja
«Nada menos asible que el amor de un niño tiritando»
declaró por decir algo entrañable para sus biógrafos
«Nada afín a mí como las anguilas del cubo de vidrio
y el bistró donde la sopa hierve y es rancio el pan»
anotó en su memoria de pez globo a la deriva
Nada más horrendo que flotar agua y espacio
asfixiado por los vaivenes del deseo
harta calentura/
sin ángeles custodios
LA MUJER QUE TRADUCE
MIS HISTORIAS
la mujer
que traduce mis historias
nació en Damasco
dejó que Neruda enamorase en otra lengua
sostuvo
la fe profunda de su padre
que la dejó
llenarse de Buenos Aires
cedros de oriente
acantilados de Gales
la mujer delicada que traduce mis historias
ha parido hijos
para entender el mundo
supo acunarlos
vertiendo en sus oídos
melodías del Líbano baladas medievales
les armó mandalas
con geranios y dátiles
en carne viva
traduce mis historias
ha peregrinado
y dicho sus oraciones
en una multitud de
lenguas
tantas
como mujeres violentadas
en Detroit en Guatemala en Medellín
en Río en Jalisco Neuquén y Salta
en Congo Afganistán Somalia
Nigeria
y el califato de Sokoto
en la noche azul de Laponia
y de Helsinki
las hermanas Mirabal -Dominicana-
María Soledad en Catamarca
la mujer descalza que
traduce mis historias
corre un velo en Aleppo
y un sudario en Palmira
se esfuerza por pintar garzas en vuelo
y un cielo donde los higos maduren eternos
en Chile besa a Gida
en Kuwait a Ghada
deja a su madre una rosa- de-Siria
cortada esta misma mañana
suspira a cara
descubierta
esta que pinta pequeños mundos
esta mujer - pluma
inmutable al viento –
talla un cedro
de altura incalculable
allí se apilan una grulla un salmón
un ofidio bicéfalo
y una mariposa negra:
es un tótem
que resume al mundo
en poemas de amor
y una canción desesperada
INQUIRIENDO A DON
FELIPE
FELIPE LARIVIÉRE [1932-2012],
administrador de parques
nacionales
veamos don Felipe si usted no fuese
y fuera el látigo invisible de los jesuitas
o simplemente Felipe el Hermoso
qué haría
con este edén de Santa Catarina
donde mujeres-niñas
dan la teta en las veredas
mientras piden limosna a este turista
que lleva ya cerrada
su garganta de sinsonte
húmedo el ojo
cuando mira a esas crianzas
mamar leches amargas
en un solar ubérrimo
coronado de palmas
aquí
en viernes santo día de crucifixiones
en sexta fera de floresta y espinas
de redentores falsos y monedas en una cesta
tejida con los dientes de la mismísima amazonia
empiojada llena de
cercos seca ardida
ay don Felipe le
pido le ruego recordemos
el dulce corazón de las sandías
y entonces
diga
diga usted don Felipe
qué cosa
qué cosa haría si usted
no fuera
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